Dan Welden, grabador estadounidense, descubrió que, exponiendo una plancha al sol, podía obtener un grabado en hueco de alta calidad de manera fácil y rápida. Inventó así el Solarplate (plancha solar). El sistema consiste en exponer las planchas al sol, en patios soleados. Los grabadores pueden pasar más tiempo al aire libre.
Las planchas de fotopolímero se utilizan en artes gráficas para la impresión de periódicos y carteles. En 1960, estas planchas de fotopolímero empezaron a reemplazar las planchas tradicionales de metal y a los elementos de plomo que permitían la impresión, por lo que los trabajadores de la industria de las artes gráficas ya no estaban en peligro por envenenamiento de vapores de plomo.
Una plancha de fotopolímero tiene tres capas: la cara posterior de acero, de unos 0’3 milímetros de espesor (sólo como soporte), la capa de fotopolímero (de unos 0’3 milímetros) y una capa superior protectora de acetato transparente.
El fotopolímero se endurece bajo la luz solar ultravioleta. Las partes no expuestas se llaman monómeros, que son moléculas que no están conectadas entre ellas y que, al lavarlas con agua (y un poco de carbonato sódico), se deshacen fácilmente. Cuando el material se expone a la luz, se polimeriza porque las moléculas se unen entre sí, se endurecen y el agua no lo deshace.
Estas planchas de fotopolímero se usan en la industria en la flexografía y la tipografía para la estampación de imágenes fotográficas comerciales y etiquetas sobre todo tipo de superficies irregulares, como cajas de cartón, botellas, marquillas de cuero, cintas adhesivas, globos, etc.
En 2001, Dan Weldeny y Pauline Muir publicaron un libro sobre la técnica, Printmaking in the sun (Grabado en el sol), en el que explicaban cómo usar dicha técnica, no sólo para las artes gráficas, sino también para grabadores, artistas, ilustradores, diseñadores, fotógrafos, tipógrafos, etc. Se pueden crear impresiones múltiples con resultados de alta calidad y el valor que tienen los procesos de impresión gráfica manual.