Los vehículos eléctricos están de moda, algo que no es de extrañar si tenemos en cuenta que desde hace unos años lo ecológico es tendencia y que, además, la movilidad sostenible se ha revelado como uno de los capítulos con más tirón de este mundo verde cada vez menos alternativo.
Nada escapa a la movilidad sostenible, ni siquiera el avión, incluyendo bicis, motos o coches que necesitan enchufarse o tomar el sol para cargar sus baterías y ofrecernos un modo de transporte pintado de un verde más o menos intenso. De hecho, los diseñadores y científicos están constantemente en busca de innovación en este terreno, al tiempo que andan tras el Santo Grial: combustibles más baratos y limpios que el nefasto petróleo.
En este constante bullir de propuestas verdes sobre ruedas, llega una grata sorpresa: una curiosa mezcla entre el patinete y la moto que reclama su título de ser el vehículo eléctrico plegable más compacto o, si se prefiere, el scooter eléctrico más pequeño del mundo. Bautizado con el divertido nombre de Trikelet, es un gran candidato a convertirse en el gadget ideal para el transporte urbano.
Velocidad: 19 km por hora
Sus creadores, unos diseñadores holandeses, lo han presentado cuando todavía es un proyecto, aunque no se puede negar que el prototipo de este minúsculo medio de transporte de tres ruedas es más que suficiente para entender que estamos ante una apuesta ganadora. En especial, resulta sorprendente ver cómo se pliega, quedando en un práctico estuche con su asa, casi casi una maletita de fin de semana o mochila con sus prácticas ruedas.
El diseño parece seguir una única regla: buscar el lado práctico en todo momento o, lo que es lo mismo, reducirlo a la mínima expresión para hacerse querer. Si os fijáis en el vídeo, incluso las ruedas se pliegan en el interior para no manchar cuando entramos con él en casa o en la oficina y, oh maravilla, una vez desplegado hasta se puede llevar una bolsa junto a los pies mientras se conduce.
Sus 19 km/h de velocidad máxima resultan irrisorios, pero considerando que vamos montados sobre tres ruedas, al estilo de un monopatín o un patinete, es lo suficientemente rápido para desplazarse por la ciudad desde casa al trabajo o combinando medios de transporte, la especialidad de Trikelet gracias a su increíble forma de plegarse y casi replegarse sobre sí mismo hasta transformarse al instante en un equipaje de mano.
Aunque todavía está en desarrollo, sus creadores han avanzado que consume poco y que con una carga completa podemos recorre unos 13,5 kilómetros. Su peso es de alrededor de 12 kilos. Actualmente, la compañía busca de financiación adicional para convertirlo en un prototipo que cumpla con los requisitos legalmente necesarios. Si llegara a comercializarse, el precio previsto oscilaría entre los 1.400 y 2.000 euros en Estados Unidos.
¿Lograrán su propósito? Todo parece indicar que sí, al meno si nos basamos en el impacto viral logrado. Al margen de lo que finalmente ocurra, no cabe duda de que el invento tiene muchas posibilidades de convertirse en un referente en movilidad urbana, incluso aunque no llegue a comercializarse.
La simple demostración de que es posible diseñar un vehículo sostenible y portátil hasta lo inimaginable, realmente práctico, abre la puerta a otros posibles ingenios que vayan en la misma línea: limpios, livianos, portables, aunque en este caso hay aspectos que necesitan mejorarse, como la autonomía -tiene una batería demasiado cortita- y un precio poco dulce, pero en todo caso similar al de una bicicleta eléctrica. Casi la cuadratura del círculo, pero ya se sabe, la ecología se alimenta de utopías, a ser posible hechas realidad…