Que los pesticidas de tipo químico son peligrosos para la salud no es tema de debate. Y es que, como producto, no son agua clara, precisamente. Sin embargo, las leyes permiten el uso de muchos de ellos por considerarse que, aplicados en pequeñas cantidades, no suponen un riesgo para la salud pública. Otros, sin embargo, están prohibidos.
Como es bien sabido, se trata de una decisión muy polémica, y cada vez son más las voces que protestan contra su uso, así como los estudios que alertan acerca de su peligro. Un riesgo que podría estar detrás de la muerte de una niña que comió unas mandarinas aparentemente inofensivas.
Furadán, un agrotóxico prohibido
Según relatan los medios, dos niños paseaban por un camino rural a unos 800 km al norte de Buenos Aires hacia una capilla a recibir clases de catecismo, cuando comieron unas mandarinas que encontraron en el suelo.
Tras ingerirlas, la niña, de 12 años, sufrió vómitos y temblores, presentando un cuadro mucho más grave que el niño, que también vomitó. Finalmente, el suceso tuvo un final dramático, pues ella murió camino del hospital.
Ahora, coincidiendo con la celebración del juicio, se están conociendo detalles. En declaraciones públicas, el fiscal Osvaldo Ojeda ha revelado que, según la autopsia, en el cuerpo de la niña se encontraron restos del agrotóxico Furadán, utilizado para ahuyentar a las aves.
Se trata de un pesticida que contiene carbofurano, prohibido en el país, y que se aplica de forma directa sobre la fruta. Recordemos que, por otra parte, este mismo veneno también es tóxico para humanos. Esta toxicidad en niños y adultos, que afecta al “sistema nervioso central” ha llevado a su prohibición en distintos países, entre otros Argentina, Estados Unidos y la Unión Europea.