Puede parecer un tanto extaño, pero la modesta patata tiene un gran potencial a nivel cosmético. Si además usamos patatas orgánicas, nos beneficiaremos de un producto más natural, libre de la carga química que conllevan los vegetales convencionales, procedentes de la agricultura intensiva.
Podemos adquirirlas o cultivarlas nosotros mismos en nuestro pequeño huerto ecológico, en cuyo caso será un gesto especialmente ecológico, pues además aligeraremos nuestra huella de carbono y, puesto que en su uso cosmético no se comen, podemos echarlas luego a la pila de compost.
Algunos consejos prácticos
Otra opción interesante es aprovechar su consumo para, en el momento de la preparación apartar un trocito de patata que luego utilizaremos para distintos usos cosméticos. Sea como fuere, es importante que sea orgánica, si bien podemos usar la patata convencional, idealmente retirando la piel, pues en ella se concentra la mayor parte de los fertilizantes y plaguicidas.
No olvidemos que la patata es uno de los cultivos que más productos químicos requieren, razón por la que figura entre los alimentos que se recomienda comer ecológico cuando se busca ser selectivo. En condiciones no ecológicas, la patata absorbe una dosis doble de toxinas, ya que se fumiga tanto la planta como el suelo, ya que se trata de tubérculos.
Cosmética con patata
Un uso muy efectivo consiste en su aplicación para lograr el aclaramiento de la piel. Para ello será necesario rallarla en crudo o triturarla para luego aplicar la pasta sobre la zona a tratar. Obtendremos unos resultados más intensos si la mezclamos con jugo de limón.
También es posible aplicar este mismo truco haciendo zumo con ella y aplicar con ayuda de un algodón, como si de un tónico se tratase. Se retirará tras diez minutos de actuación, enjuagando a continuación con agua clara y cuidando que la piel quede seca, pues de otro modo se deshidrataría.
Además de aclarar la piel cuando se aplica de forma continuada, por lo que se precisa ser constantes, también se logra un efecto suavizante. Gracias a la eliminación de las células muertas se consigue dicho resultado emoliente, que aporta también un efecto luminoso.
No esperemos un tratamiento anti arrugas, porque no lograremos este tipo de beneficios, pero sí podemos ayudarnos con esta pasta de patata para aplicarlo de forma específica en un determinado lugar, con lo que lograremos un aclaramiento progresivo del área tratada. Nos será de gran ayuda para reducir la intensidad de las manchas.
Con rodajas de patatas aplicadas debajo del ojo (partidas por la mitad, en forma de media luna) tendremos un buen remedio para calmar los ojos cansados y reducir las ojeras. En el caso de querer lograr este segundo efecto, apliquemos antes unas gotas de zumo de patata para así potenciar el resultado.
Las mascarillas naturales con puré de patata crudo son otra interesante opción. Las formulaciones caseras son tantas como queramos, siempre cuidando no mezclar productos que puedan suponer un peligro para nuestra salud. A no ser que tengamos algún tipo de alergia, por lo demás no será problemático en absoluto añadirle una cucharada de miel o de yogur ecológicos.
Nos será de gran ayuda para nutrir una piel seca o maltratada por el clima, en particular el viento o el sol, así como para revitalizar pieles cansadas o maltratadas que sufren la sequedad de ambientes interiores enrarecidos por el uso de climatizadores o de la calefacción.
Mezclar el zumo o puré de patata cruda con la yema del huevo y añadir unas gotas de limón y aplicar en el cabello será una manera sencilla de contar con una mascarilla capilar nutritiva que ayudará a lucir un pelo radiante. Es importante dejarla actuar durante un buen rato y luego lavar como de costumbre.