Reciclar y reutilizar desechos o cosas inservibles es importante durante todo el año, pero en las fiestas navideñas lo es especialmente si deseamos minimizar el impacto ambiental con el fin de aligerar nuestra huella de carbono. De hecho, lo cierto es que muy probablemente estas sean las vacaciones más contaminantes del calendario.
Reutilizar cualquier adorno o material para darle un uso cotidiano -forrar libros, libretas, cajas o cualquier superficie con papel de regalo– o simplemente guardarlos para las próximas Navidades es un modo fácil de darles una segunda vida. Sin embargo, no todos los envases, adornos u objetos navideños encuentran esta oportunidad.
Para el resto de basura, esa que ni guardamos ni reutilizamos, está la vía del reciclaje corriente y moliente, ese que se acaba realizando (aunque no siempre) haciendo un adecuado uso de los distintos contenedores de colores.
Cartones, papeles y vidrio
Básicamente, respetemos los consejos generales para el reciclaje de residuos domésticos, haciendo especial hincapié en algunos aspectos. Por ejemplo, será práctico recoger los envases y envoltorios de forma ordenada, intentando que ocupen lo mínimo, por lo que en ocasiones habrá que doblar cajas o papeles.
Los iremos guardando por tipos, ya sean plásticos, papeles, cartones, latas, vidrio u otros materiales, siempre teniendo en cuenta que deberemos introducirlos en un contenedor de determinado color. Si podemos, esperemos algunos días para depositarlos y así contribuiremos a evitar el colapso de basura que se produce todos los años.
Al margen de una mayor organización en el reciclaje, ser de verdad efectivos supone no generar tantos residuos. Minimizar el uso de envases en alimentos, regalos y demás a la hora de adquirirlos es fundamental para ayudar a un planeta más limpio. Aún así, una actitud responsable en el reciclaje es muy de agradecer.