Ya hemos hablado alguna vez de arte sostenible, creaciones que se ayudan de diversos materiales que, reutilizados, sirven para componer la obra. Esta vez nos centraremos en la escultura. Y, más en concreto, en esculturas que representan animales.

Las esculturas de Sayaka Ganz se componen de utensilios de plástico, juguetes, piezas de metal y otros objetos encontrados en la basura. Nunca se sabe si alguno de los objetos encajará en alguno de los diseños. La propia artista cuenta que ella siente a menudo un sentimiento de desarraigo por haber crecido en diferentes países, algo que le llevó a una búsqueda personal que, de algún modo, le hizo darse cuenta de la cantidad de objetos arrojados a la basura y de la necesidad de recuperarlos. Es, también, una forma de dar una segunda oportunidad a esos materiales. Son objetos que han sido usados y tirados y que cobran vida cuando pasan por sus manos y se convierten en animales.
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