Diversos estudios han puesto de manifiesto la pérdida de superficie forestal en la Tierra. Una disminución de los bosques que se ha hecho más evidente en los últimos 30 años en los que se estima que se han perdido 178 millones de hectáreas. Esto hace que en el mundo queden 4.060 millones de hectáreas de bosques, lo que supone 0,52 hectáreas por cada habitante.
El estudio
Son datos que se desprenden del informe ‘Evaluación de los recursos forestales mundiales 2020’, que ha sido elaborado por la FAO. Sus datos reflejan que, desde el año 1990, se han perdido 178 millones de hectáreas. Una superficie que es equivalente a la de países como Libia.
El estudio también recoge el aumento de la deforestación, aunque arroja datos positivos porque este proceso se está produciendo a un menor ritmo. Pese a ello, en los últimos cinco años, se han llegado a perder unos 10 millones de hectáreas de bosques. Una superficie que supone una disminución en relación a los 12 millones que se perdieron en el lustro anterior.
En la actualidad, casi un tercio de la superficie terrestre del planeta está cubierta por bosques. Si se tiene en cuenta su expansión, la disminución neta de la superficie forestal mundial ha bajado en 4,7 millones de hectáreas anuales desde el año 2010.
ODS
El informe de la FAO también alude a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). En concreto, al número 15. En este sentido, hace un llamamiento para que se protejan, restauren y se promueva el uso sostenible de los ecosistemas terrestres.
Los últimos datos disponibles apuntan a que hay un total de 2.050 millones de hectáreas de bosques en todo el mundo que están sujetas a planes de ordenación.
Además, la superficie forestal en zonas protegidas ha crecido en 190 millones de hectáreas en todo el mundo desde el año 1990, lo que supone el 18% de los bosques del mundo. Un porcentaje con el que se ha cumplido el objetivo de las Metas de Aichi, que fijó en, al menos, el 17% de protección de la superficie terrestre.
Artículos relacionados:
– Los bosques maduros tienen una capacidad limitada para frenar el cambio climático