La geotermia es una energía limpia que tiene grandes posibilidades en el ámbito doméstico, ya sea con instalaciones que abastezcan a una vivienda individual como a un edificio en su conjunto. Aunque su obtención precisa de una instalación compleja, que resulta aparatosa y supone una inversión que requiere un tiempo para su amortización, ésta es subterránea y a medio plazo resulta rentable no sólo para grandes consumidores sino también para el uso a menor escala que pueda hacer una familia.
Como energía renovable, mientras no se apague el sol, puede afirmarse que la geotermia es inagotable. A efectos prácticos, devuelve hasta 4kv de energía por cada kv de electricidad consumida para su producción. Es decir, se trata de un medio rentable que permite lograr una eficiencia energética mediante el uso de fuentes renovables, en este caso a través de la misma energía que suministra la Tierra, obtenida a partir del calor del subsuelo (rocas, tierra o aguas subterráneas) y normalmente a pequeñas profundidades.
Ese calor proveniente del sol, en España se mantiene a unos 15 grados centígrados de forma constante durante todo el año, que la bomba de calor podrá elevar hasta los 40 grados. Ese abastecimiento constante, sin duda, supone una ventaja con respecto a la energía solar o eólica, ambas dependientes de las condiciones meteorológicas. En otras palabras, una vez se ha instalado el sistema de climatización geotérmico, se tiene garantía de suministro.
Climatización y agua caliente
La aplicación más habitual de la geotermia solar es el suministro de calefacción y refrigeración ambiental, así como la calefacción del agua potable o de la utilizada para las piscinas, pongamos por caso. Técnicamente, su obtención se consigue mediante la instalación de bombas geotérmicas que aprovechan esa energía almacenada en el subsuelo.
Esa absorción del calor subterráneo se consigue gracias a una solución de agua anticongelante que el colector transfiere a la bomba. De este modo, en invierno el sistema capta calor y lo transmite a los radiadores o al suelo radiante de la vivienda. A su vez, se utiiliza para calentar el agua sanitaria
Por otro lado, en épocas de calor, se invierte el proceso, se absorbe el calor de la casa y se trasmite al terreno o se utiliza para calentar el agua e incluso puede aprovecharse para calentar el agua de una piscina.
Las bombas de calor geotérmicas tienen la particularidad de funcionar sin necesidad de combustión, por lo que no emiten CO2 y la instalación no implica un impacto visual ni requiere dedicar un espacio importante. Lo más frecuente es realizar la perforación a una distancia mínima de cuatro metros de la vivienda, y en el interior de la vivienda se realiza la conexión de la bomba de calor con los sistemas de climatización (calefacción y refrigeraición), así como con el del agua caliente sanitaria.
A la hora de diseñar el sistema más conveniente son necesarios estudios previos que tengan en cuenta las condiciones climatológicas y el tipo de terreno, así como la arquitectura misma de la vivienda. Una vez instalada, su mantenimiento es sencillo, y obtendremos rentabilidad alrededor de tres a cinco años después de su instalación.
Sin embargo, no todo son ventajas, pues no todos los lugares son aptos y, por ejemplo, la emisión de ácido sulfhídrico o de gases peligrosos sigue siendo un problema de difícil eliminación y detección. Por último, las perforaciones indebidas pueden provocar problemas ambientales, si bien todo ello no impide que una instalación exitosa, su gran mayoría, sea buena alternativa a los combustibles fósiles, a la energía obtenida mediante energía hidráulia e incluso con respecto a la solar y eólica.