Esto es lo que se dice sentir la naturaleza a flor de piel, y lo demás son cuentos. Y no, no es que la chica haya estado jugando con su perrito en el jardín y se le enredaran unas hierbas en el collar. En este caso, es más bien al contrario: en realidad, las plantas bien podrían considerarse una mascota.
Fuera bromas, se trata de un collar así de verde y natural, que parece justo lo que es: una moderna cadena de plata en la que está creciendo una plantita. Lo ha hecho desde la misma semilla, por lo que en realidad sí es un ser vivo que nos acompaña, al que poder coger cariño y querer, por lo que podemos admitirlo como mascota, lo mismito que el famoso pulpo del Scattergories .
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