La era del petróleo se está acabando. Al menos, se agotan las reservan de petróleo que hay en el planeta. Claro que si los científicos logran producir petróleo con otras materias primas, la era del petróleo y todo el sistema económico y político que sustenta, continuará por mucho tiempo. Cabe preguntarse, por tanto, si es una buena idea buscar un método para producir petróleo, ya que no permitiría cambiar el modo en que vivimos y seguiríamos encaminados al desastre climático.
Un grupo de investigadores ha llevado a cabo un proyecto para producir biocombustibles a partir de algas. Se trata de producir petróleo crudo a partir de algas (en realidad, el petróleo se produce así, sólo que tarda millones de años en formarse). Con el innovador método que han inventado los científicos estadounidenses, la conversión resulta barata, no contaminante y, sobre todo, muy rápida, ya que el proceso se termina en sólo una hora.
De momento, el método no se puede usar debido a que, como suele ocurrir con este tipo de innovaciones, el coste del proceso es muy alto, así que no merece la pena su fabricación a escala industrial.
El proyecto ha sido realizado por el Laboratorio Nacional del Noroeste del Pacífico y ya hay algunas empresas de energía renovable muy interesadas en sus resultados. Se están disminuyendo los costes de producción usando algas mojadas, hasta con un 90% de agua, en vez del proceso clásico, que, previamente, seca las algas.
Los científicos echaron esas algas mojadas en un recipiente en el que había un reactor químico y obtuvieron petróleo crudo, así como gas, agua y otros materiales. El proceso sólo duró sesenta minutos. Como el crudo natural, para poder usarlo, esa sustancia debe pasar por un proceso de refinado.
Imitación del proceso natural
El equipo investigador no hace otra cosa que imitar a la naturaleza. El petróleo se creó porque las algas, después de haber quedado sepultadas bajo pesadas capas de sedimentos durante millones de años y sometidas a grandes presiones y altas temperaturas, se convierten en petróleo. Para acelerar el proceso natural, la temperatura se eleva hasta los 350 ºC y la presión hasta los 250 bares.
Es cierto que si el método se mejora y se convierte en viable, se podría dejar de extraer petróleo en el planeta, en especial, en hábitats delicados como el Ártico, pero se seguiría contaminando y contribuyendo al cambio climático. No parece tan buena idea.