Aún puede haber una energía mejor que la limpia y renovable que ofrecen fuentes como el viento, el Sol o el mar: la energía que produce el ser humano en su actividad diaria. Bajo esta premisa, alumnos universitarios del College for Creative Studies, en Detroit, han diseñado un sistema para las intersecciones de las calles que obtiene energía del paso, tanto de la gente que camina, como de los coches.
Se trata de unas placas piezoeléctricas que se colocan bajo los pasos de cebra, de manera que las vibraciones y fluctuaciones de la presión causadas, alternativamente, por los automóviles y por los peatones que cruzan, se convierte en electricidad.
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